


Activitat
Guided tour of “GRAVIDA”
by Agustín Ortiz Herrera
Friday 10th May
at 18:00 in English
English text below
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Agustín Ortiz Herrera
Las ciencias naturales, específicamente las dedicadas a la biología, tuvieron un importante punto de partida con la protoenciclopedia de Ulisse Aldrovandi (Bolonia 1522-1605). Su clasificación de los seres vivos sentó las bases de una forma de ver el mundo. En el volumen número trece, Monstrorum Historia, incluyó todo aquello que le resultaba difícil de explicar científicamente. Esta obra, central en su momento pero bizarra y marginal en la actualidad, recopila todo lo extraño de la época, como por ejemplo malformaciones en plantas, animales y humanos, fósiles de especies extintas o leyendas de animales mitológicos. Sorprendentemente, también incluye un estudio del sistema reproductivo femenino, un análisis de la androginia y la representación gráfica de personas de otras razas. La obra transita desacomplejadamente entre el anhelo científico premoderno, el cuestionamiento de la superstición fantástica, el racismo, la misoginia y, en general, el prejuicio aberrante; sustrato conceptual de la cosmogonía eurocéntrica colonial. La pregunta es: ¿qué sedimentos ideológicos persisten en la base de la sociedad tecnocientífica occidental?
En el proyecto artístico GRAVIDA, una selección de imágenes de la obra de Aldrovandi es alterada a través del cultivo de hongos, unos asombrosos y peculiares seres vivos que hasta el año 1969 no consiguieron la categoría de reino propio. Los hongos se distinguen de las plantas en que obtienen sus nutrientes a través de la digestión enzimática de la materia orgánica, lo que señala una cierta proximidad filogenética a la especie humana. Se considera que solo conocemos una ínfima parte de las especies existentes, las cuales muestran una alta complejidad para ser clasificadas por los parámetros taxonómicos modernos.
Durante el periodo de cultivo, los hongos se expanden colonizando la superficie de las imágenes e incidiendo en su iconografía, transformándola. La potencia queer de la naturaleza confronta la concepción cultural de las ciencias de la vida, recordándonos su pasado colonialista, racista y misógino.
Natural sciences, specifically those dedicated to biology, had an important starting point with Ulisse Aldrovandi’s proto-encyclopedia (Bologna 1522-1605). His classification of living beings laid the groundwork for a way of viewing the world. In volume thirteen, Monstrorum Historia, he included everything that was difficult for him to explain scientifically. This work, central at the time but bizarre and marginal today, compiles all the strangeness of the era, such as malformations in plants, animals, and humans, fossils of extinct species, or legends of mythological animals. Surprisingly, it also includes a study of the female reproductive system, an analysis of androgyny, and graphic representations of people from other races. The work boldly navigates between premodern scientific longing, questioning fantastic superstition, racism, misogyny, and, in general, aberrant prejudice; a conceptual substrate of colonial eurocentric cosmogony. The question is: what ideological sediments persist at the base of western technoscientific society?
In the artistic project GRAVIDA, a selection of images from Aldrovandi’s work is altered through the cultivation of fungi, astonishing and peculiar living beings that did not achieve their own kingdom status until 1969. Fungi differ from plants in that they obtain their nutrients through enzymatic digestion of organic matter, indicating a certain phylogenetic proximity to the human species. It is considered that we only know a tiny fraction of existing species, which show high complexity to be classified by modern taxonomic parameters.
During the cultivation period, fungi expand, colonizing the surface of the images and influencing their iconography, transforming it. The queer power of nature confronts the cultural conception of life sciences, reminding us of its colonialist, racist, and misogynistic past.


