
En 1923 se construyó el Passatge de Piera culminando así la ampliación final de la Colònia Castells, edificada para acoger a las familias obreras, mayoritariamente procedentes del sur de España, que trabajaban en la fábrica de barnices y charoles Castells durante la Segunda Revolución Industrial en el barrio de Les Corts (anexada a Barcelona por el decreto de agregación de 1899).
Cada casa medía unos 40m2, y en cada una de ellas vivían dos familias. La notable falta de espacio conllevaba a que la comunidad hacía vida en la calle. Las casas fueron pasando de generación en generación con lo que la mayoría de sus habitantes actuales han heredado la vivienda.
Durante el 2018, los vecinos tendrán que desalojar sus casas y esta última calle, tal como está, dejará de existir.
El Passatge de Piera y la Colònia Castells han inspirado dos proyectos: Interpretació d’una Transició (2018) and L’últim passatge (2019)